“Balones fuera. Reconstruir los espacios desde
la coeducación” (Editorial Octaedro) es un libro escrito por Marina Subirats
Martori y Amparo Tormé Gonzálvez, y fue publicado en setiembre de 2007 en
Barcelona. Ambas autoras cuentan con una
larga trayectoria profesional en el ámbito educativo y cuentan con numerosas
producciones que giran en torno a la temática de la coeducación.
Marina
Subirats Martori es actualmente Catedrática Emérita del
Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona. Licenciada
en Filosofía (Barcelona, 1965), Diplôme d'Etudes Approfondies en Sociología
(París, 1967) y Doctora en Filosofía (Barcelona, 1974). Ha sido investigadora
en el Laboratoire de Sociologie Industrielle de París (1967-70), profesora de
Sociología en la Universidad Autónoma de Barcelona desde el 1973 hasta la
actualidad. Fue Directora del Instituto de la Mujer del Ministerio de Asuntos
Sociales (1993-1996) y miembro de la Comisión de Igualdad de Oportunidades de
la Unión Europea (1993-96). Desde el año 1999 hasta el 2006 fue Regidora de
Educación del Ayuntamiento de Barcelona y quinta Teniente de Alcalde de 2003 a
2006.
Por otra parte, Amparo
Tormé Gonzálvez es licenciada en Filología
inglesa por la Universidad de Salamanca en 1970. Actualmente
ejerce como profesora de la Educación en la Facultat de Sociologia
de la Universitat Autònoma de Barcelona. Destacada por su
actividad investigadora en la Universidad Autónoma de Barcelona en temas de
Género y Educación a nivel nacional e internacional de 1992-2000. Algunas de
sus obras más conocidas son: “Mujeres y Educación: Educar para la Igualdad,
educar desde la diferencia” (Grao 2002), “Contra el sexismo. Coeducación y
Democracia en la escuela” (Madrid, Síntesis, 2003) y “Los Chicos también
lloran” (Barcelona, Paidós 2004).
El tema de las mujeres
en la sociedad ha sido tratado a lo largo de la historia como una sección
aparte, como si de un conjunto de minorías o marginados se tratara.
La gran desigualdad
social ha dado un vuelco en las últimas décadas gracias a la lucha y reivindicaciones
feministas que han surgido a lo largo de la historia de la humanidad.
Con este libro Marina
Subirats Martori y Amparo Tormé Gonzálvez intentan hacernos ver el segundo
plano que ha tenido que ocupar la mujer en la estructura social a lo largo de
la historia en diferentes ámbitos y, sobre todo en el educativo. A través de la
lectura de este libro podemos reflexionar sobre los muchos sesgos machistas aún
existentes en la educación actual.
En el siglo XIX, y
primera mitad del siglo XX, la mujer consiguió el derecho a la educación, este
fue el inicio de la educación sesgada donde los valores y actitudes adquiridos
se distinguían conforme al sexo de los niños.
Fue en 1970 con la Ley
General de Educación, donde se recogieron los cambios sociales y se supo dar
respuesta a las necesidades de la sociedad del momento. No obstante, no fue
hasta 1985 cuando se consiguió que tanto niños como niñas compartieran el mismo
espacio educativo y fueran regidos por un currículo único.
Este fue el origen de
la escuela mixta, una educación basada en la igualdad aunque desde una
institución reproductora de la cultura dominante.
Aún en la actualidad,
somos bombardeados con mensajes diferenciadores a través de distintos canales
socializadores. El seno familiar y la escuela
son los principales agentes de socialización con los que se encuentra el niño.
Y son en estos agentes donde aún se pueden detectar actitudes o
comportamientos, enmascarados en diferentes situaciones, que desvincular de alguna
manera a la mujer del primer plano. Como bien sabemos, el sexismo es fruto de
una violencia estructural que teje hilos invisibles que obstaculizan el avance
hacia la igualdad.
Las autoras proponen
hacer una mirada crítica a los diferentes comportamientos de algunos docentes
así como la observación de los diferentes lugares de la escuela para ver los
roles que asumen los niños y las niñas, en ellos podemos observar un uso del
espacio no igualitario por el acaparamiento masculino, producido por las
relaciones de poder.
Es por ello, por lo que
este libro no ayuda a reflexionar sobre la coeducación en las aulas de las escuelas
de la sociedad actual. Por esta razón, tenemos que entender la coeducación como
una vía práctica educativa mediante la cual se construyen actitudes y valores aceptados
independientemente del sexo de las personas. El objetivo fundamental de la
coeducación debe ser la búsqueda del desarrollo completo de la personalidad sin
barreras de género, limpiando así el sexismo ideológico inmerso, resto de la
cultura tradicional. Como decía Emilia Pardo Bazán “Hombres y mujeres podemos
ser iguales si recibimos la misma educación”.
Las autoras en un
primer momento nos proponen diferenciar
entre género y sexo. Desde una política feminista o una visión crítica de la
sociedad podemos definir conceptos tales
como el sexismo, androcentrismo, patriarcado y la diferenciación entre género y
sexo. Palabras antagónicas pero que es común
escucharlas como sinónimos en la sociedad en la que vivimos. El sexo es la
predisposición biológica y genética que determina si tenemos sexo masculino o
femenino. A partir de tener un sexo u otro, los criterios culturales son los
encargados de moldear los comportamientos de las personas y, como muchos los
clasifican en comportamientos diferenciados entre hombres y mujeres (género).
Es aquí donde Subirats
y Tormé se plantean cuáles son los orígenes de dichos criterios y qué papel tan
importante juegan la escuela y la familia en la permanencia o no de estos
valores transmitidos por nuestra cultura.
La lectura de “Balones
fuera. Reconstruir los espacios desde la coeducación” me ha servido para darme cuenta de la gran carga ideológica
que tiene la escuela y nosotros como docentes. Nuestras palabras, nuestra
manera de expresarnos e incluso nuestra manera de movernos por el aula…son
enseñanzas ocultas cargadas de elementos moralizadores e ideológicos que
inciden en la educación de nuestros alumnos.
Desde el momento en que
elegimos una editorial u otra, o damos a pintar cosas diferenciadas por los
sexos,…estamos “salpicando” comportamientos desiguales entre chicos y chicas.
Evidentemente, es difícil conservar unos
valores si se encuentran contrariados por la familia o por la insaciable
influencia, en muchas ocasiones negativa, de los diferentes medios de comunicación.
Con ello quiero decir, familias con estructuras muy cerradas, la influencia de
muchas series de televisión destinadas para jóvenes, la clasificación de los
juguetes en los catálogos navideños,…Pero desde la escuela debemos potenciar la
igualdad en todos los ámbitos.
MARTA PLANELLS ALMENDROS
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