23.10.12

 
 
 “Balones fuera. Reconstruir los espacios desde la coeducación” (Editorial Octaedro) es un libro escrito por Marina Subirats Martori y Amparo Tormé Gonzálvez, y fue publicado en setiembre de 2007 en Barcelona. Ambas  autoras cuentan con una larga trayectoria profesional en el ámbito educativo y cuentan con numerosas producciones que giran en torno a la temática de la coeducación.

Marina Subirats Martori es actualmente Catedrática Emérita del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona. Licenciada en Filosofía (Barcelona, 1965), Diplôme d'Etudes Approfondies en Sociología (París, 1967) y Doctora en Filosofía (Barcelona, 1974). Ha sido investigadora en el Laboratoire de Sociologie Industrielle de París (1967-70), profesora de Sociología en la Universidad Autónoma de Barcelona desde el 1973 hasta la actualidad. Fue Directora del Instituto de la Mujer del Ministerio de Asuntos Sociales (1993-1996) y miembro de la Comisión de Igualdad de Oportunidades de la Unión Europea (1993-96). Desde el año 1999 hasta el 2006 fue Regidora de Educación del Ayuntamiento de Barcelona y quinta Teniente de Alcalde de 2003 a 2006.

Por otra parte, Amparo Tormé Gonzálvez  es licenciada en Filología inglesa por la Universidad de Salamanca en 1970. Actualmente ejerce como profesora de la Educación en la Facultat de Sociologia de la Universitat Autònoma de Barcelona. Destacada por su actividad investigadora en la Universidad Autónoma de Barcelona en temas de Género y Educación a nivel nacional e internacional de 1992-2000. Algunas de sus obras más conocidas son: “Mujeres y Educación: Educar para la Igualdad, educar desde la diferencia” (Grao 2002), “Contra el sexismo. Coeducación y Democracia en la escuela” (Madrid, Síntesis, 2003) y “Los Chicos también lloran” (Barcelona, Paidós 2004).
 

El tema de las mujeres en la sociedad ha sido tratado a lo largo de la historia como una sección aparte, como si de un conjunto de minorías o marginados se tratara.

La gran desigualdad social ha dado un vuelco en las últimas décadas gracias a la lucha y reivindicaciones feministas que han surgido a lo largo de la historia de la humanidad.

 

Con este libro Marina Subirats Martori y Amparo Tormé Gonzálvez intentan hacernos ver el segundo plano que ha tenido que ocupar la mujer en la estructura social a lo largo de la historia en diferentes ámbitos y, sobre todo en el educativo. A través de la lectura de este libro podemos reflexionar sobre los muchos sesgos machistas aún existentes en la educación actual.

En el siglo XIX, y primera mitad del siglo XX, la mujer consiguió el derecho a la educación, este fue el inicio de la educación sesgada donde los valores y actitudes adquiridos se distinguían conforme al sexo de los niños.

Fue en 1970 con la Ley General de Educación, donde se recogieron los cambios sociales y se supo dar respuesta a las necesidades de la sociedad del momento. No obstante, no fue hasta 1985 cuando se consiguió que tanto niños como niñas compartieran el mismo espacio educativo y fueran regidos por un currículo único.

Este fue el origen de la escuela mixta, una educación basada en la igualdad aunque desde una institución reproductora de la cultura dominante.

Aún en la actualidad, somos bombardeados con mensajes diferenciadores a través de distintos canales socializadores. El seno familiar y la escuela son los principales agentes de socialización con los que se encuentra el niño. Y son en estos agentes donde aún se pueden detectar actitudes o comportamientos, enmascarados en diferentes situaciones, que desvincular de alguna manera a la mujer del primer plano. Como bien sabemos, el sexismo es fruto de una violencia estructural que teje hilos invisibles que obstaculizan el avance hacia la igualdad.

Las autoras proponen hacer una mirada crítica a los diferentes comportamientos de algunos docentes así como la observación de los diferentes lugares de la escuela para ver los roles que asumen los niños y las niñas, en ellos podemos observar un uso del espacio no igualitario por el acaparamiento masculino, producido por las relaciones de poder.
 

Es por ello, por lo que este libro no ayuda a reflexionar sobre la coeducación en las aulas de las escuelas de la sociedad actual. Por esta razón, tenemos que entender la coeducación como una vía práctica educativa mediante la cual se construyen actitudes y valores aceptados independientemente del sexo de las personas. El objetivo fundamental de la coeducación debe ser la búsqueda del desarrollo completo de la personalidad sin barreras de género, limpiando así el sexismo ideológico inmerso, resto de la cultura tradicional. Como decía Emilia Pardo Bazán “Hombres y mujeres podemos ser iguales si recibimos la misma educación”.

Las autoras en un primer momento  nos proponen diferenciar entre género y sexo. Desde una política feminista o una visión crítica de la sociedad podemos definir conceptos  tales como el sexismo, androcentrismo, patriarcado y la diferenciación entre género y sexo. Palabras antagónicas pero que es común escucharlas como sinónimos en la sociedad en la que vivimos. El sexo es la predisposición biológica y genética que determina si tenemos sexo masculino o femenino. A partir de tener un sexo u otro, los criterios culturales son los encargados de moldear los comportamientos de las personas y, como muchos los clasifican en comportamientos diferenciados entre hombres y mujeres (género).

Es aquí donde Subirats y Tormé se plantean cuáles son los orígenes de dichos criterios y qué papel tan importante juegan la escuela y la familia en la permanencia o no de estos valores transmitidos por nuestra cultura.

La lectura de “Balones fuera. Reconstruir los espacios desde la coeducación” me ha servido  para darme cuenta de la gran carga ideológica que tiene la escuela y nosotros como docentes. Nuestras palabras, nuestra manera de expresarnos e incluso nuestra manera de movernos por el aula…son enseñanzas ocultas cargadas de elementos moralizadores e ideológicos que inciden en la educación de nuestros alumnos.

Desde el momento en que elegimos una editorial u otra, o damos a pintar cosas diferenciadas por los sexos,…estamos “salpicando” comportamientos desiguales entre chicos y chicas.

Evidentemente, es difícil conservar unos valores si se encuentran contrariados por la familia o por la insaciable influencia, en muchas ocasiones negativa, de los diferentes medios de comunicación. Con ello quiero decir, familias con estructuras muy cerradas, la influencia de muchas series de televisión destinadas para jóvenes, la clasificación de los juguetes en los catálogos navideños,…Pero desde la escuela debemos potenciar la igualdad en todos los ámbitos.
 
 
MARTA PLANELLS ALMENDROS


Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada