La
psicomotricidad la podemos entender como una disciplina que posee una visión
integral del niño, es decir, que se ocupa de la interrelación del cuerpo, el
movimiento, el conocimiento y las
emociones para fomentar el buen desarrollo del niño, así como su capacidad para
poder expresarse en el mundo que le rodea. Con esta disciplina trabajamos también
aspectos tales como la capacidad de relación y el pensamiento simbólico.
De esta
forma lúdica los niños trabajan aspectos relativos al tiempo, al espacio y un
sinfín de destrezas motrices (equilibrio, lateralidad, giros, desplazamientos,…).
Para
poder conseguir los objetivos, es importante partir del autoconocimiento de
cada niño, sabiendo cuáles son sus posibilidades y sus limitaciones. Por ello nuestra
actitud debe ser la de dar seguridad, y ofrecer a los niños la posibilidad de experimentar
para comprender y transformar la realidad.
“Psicomotricidad
y vida cotidiana (0-3 años)” de Susanna Fusté y Mercè Bonastre (ed. Graó) es un
libro que se centra en las sesiones psicomotrices de la primera etapa de
educación infantil. En él podemos observar la gran importancia de las sesiones
psicomotrices en etapas tempranas para trabajar diferentes aspectos y fomentar
el buen desarrollo de los niños, tanto a nivel motriz como cognitivo y
sensoriomotor. De la misma manera, trata de los diferentes tipos de juegos, materiales
y espacios. Además de hablarnos de la gran importancia a la gestión del tiempo
(fases de la actividad) y la intervención de las personas adultas como
elementos “clave” para el buen desarrollo de una actividad psicomotriz.
MARTA PLANELLS ALMENDROS
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